En el mundo del desarrollo de software, con bastante frecuencia, la diferencia entre un proyecto de éxito y uno que se vuelve inmanejable –y con numerosos errores- es algo tan simple como una cuestión de refactorización de código. Si no tienes ni idea de qué te estamos hablando, ¡que no cunda el pánico! En este artículo te contamos en detalle qué es refactorizar código, por qué es importante, cuándo hay que aplicarla y cómo hacerlo de forma efectiva.
¿Qué es la refactorización?
Si estás leyendo este artículo, es probable que estés valorando matricularte en uno de nuestros cursos, másteres y especialidades de programación que impartimos en Tokio School. En caso de que ya tengas algo de experiencia escribiendo código, puede que hayas oído hablar de refactorizar código o reestructurarlo, pero, de no ser así, no tienes que preocuparte.
Empearemos por lo más básico. Cuando hablamos de refactorización, nos referimos a una técnica de ingeniería de software que consiste en reestructurar el código fuente de un programa sin alterar su comportamiento externo.
Entendámoslo con un ejemplo sencillo. Imagina que tienes que reorganizar tu habitación. Los muebles que vas a utilizar seguirán siendo los mismos, pero el espacio será más funcional y agradable con la nueva organización que apliques.
Lo mismo ocurre con la refactorización. Al refactorizar código, mejoramos la estructura interna del software para que este sea más fácil de entender, mantener y ampliar. Todo ello, sin tener que cambiar lo que hace el programa desde el punto de vista del usuario.
Básicamente, al refactorizar, se realizan acciones como las siguientes:
- Eliminar código duplicado.
- Renombrar variables, haciéndolas más descriptivas.
- Dividir funciones largas en otras más pequeñas.
- Mejorar la organización general del código.
- Simplificar estructuras de control complejas.
El objetivo de refactorizar es tener un código más limpio, más fácil de leer y de modificar para todos los desarrolladores que tengan que trabajar en el proyecto.
¿Por qué es conveniente refactorizar?
Refactorizar el código aporta beneficios que pueden mejorar de forma notable la calidad y la longevidad de un proyecto de software. Algunas de las razones por las que es conveniente aplicar este procedimiento incluyen:
- Mejora la legibilidad del código, haciéndolo más fácil de leer y entender.
- Reduce la deuda técnica, al eliminar código sucio o soluciones improvisadas.
- Disminuye la complejidad del código, volviéndolo más intuitivo y fácil de manejar.
- Facilita el mantenimiento, ahorrando tiempo y esfuerzo a largo plazo.
- Mejora la eficiencia a la hora de identificar y corregir errores.
- Acelera el desarrollo de nuevas funcionalidades y características.
- Reduce la probabilidad de introducir nuevos errores en el futuro.
- Mejora el rendimiento y ayuda a elaborar un código mucho más eficiente.
- Facilita la colaboración entre profesionales del desarrollo.
- Aumenta la satisfacción del/la desarrollador/a.
¿Cuándo debemos refactorizar nuestro código y cuándo no?
Tener claro cómo refactorizar es imprescindible, pero también lo es saber cuándo y cuándo no conviene hacerlo. Aquí te presentamos algunas situaciones en las que debes considerar la refactorización de código y otras en las que podría ser mejor evitarla. ¡Toma nota!
- Sí: Si se quiere introducir una nueva funcionalidad en un código muy desordenado, lo mejor es limpiarlo antes de seguir añadiendo cosas.
- No: Si hay una fecha límite muy ajustada, lo mejor es posponerla para más adelante.
- Sí: Si un código resulta muy difícil de entender, es mejor refactorizar, simplificando sus funciones y módulos.
- No: Cuando el código funciona perfectamente y no genera problemas, no hay nada que arreglar, y, por tanto, sería invertir esfuerzos innecesarios.
- Sí: Cuando encontramos fragmentos de código que se repiten a menudo, conviene extraerlos en funciones reutilizables, ahorrando espacio y esfuerzos.
- No: Si no se cuenta con pruebas automatizadas, puede ser fácil romper algo y que pase desapercibido, por lo que lo mejor es asegurarse de tenerlas antes de refactorizar código.
- Sí: Cuando el rendimiento del código es ineficiente, por estar mal estructurado o estar haciendo un uso poco eficiente de los recursos del sistema.
¿Cómo es el proceso de refactorización?
Refactorizar código es un proceso que, si bien se aplica de manera diferente según el proyecto en cuanto al propio código y las tareas a realizar, suele ejecutarse siguiendo siempre una misma serie de pasos. Se trata de un proceso estructurado en el que cada etapa tiene un valor imprescindible. ¡Veamos cuáles son!
- Antes de empezar, hay que detenerse a analizar el código existente, entender cómo funciona y por qué.
- En este paso, también hay que reconocer las áreas del código que necesitan mejoras. Esto puede incluir código duplicado, métodos demasiado largos, nombres poco descriptivos o estructuras de control complejas.
- Después, es crucial tener un conjunto sólido de pruebas unitarias, para verificar que los cambios que se realicen no alteren el comportamiento del programa.
- Con todo preparado, llega el momento de iniciar la refactorización de código. Lo más aconsejable es hacerlo en pequeños pasos. ¡No hagas cambios enormes de una sola vez!
- Según vayas ejecutando los cambios, haz pruebas y comprueba que todo funciona a la perfección, como antes de aplicarlos.
- Cuando se producen cambios muy significativos, es imprescindible dejar comentarios y actualizar la documentación relativa al código de dicho proyecto.
Errores comunes a la hora de refactorizar código
Aunque puede que a estas alturas ya te hagas una idea de cuáles pueden ser algunos de ellos, en este apartado te desgranamos cuáles son los errores más comunes que se suelen cometer a la hora de refactorizar código. ¡Léelos con atención!
- Intentar refactorizar código sin una suite de pruebas adecuada, ya que es posible romper algo y no darse cuenta hasta pasado un tiempo.
- Refactorizar y añadir nuevas funcionalidades al mismo tiempo. Mezclar tareas diferentes puede llevar a confusiones y errores, por lo que lo mejor es separarlas.
- Refactorizar en exceso, cayendo en la trampa de hacer el código más complejo de lo necesario, en nombre de una futura flexibilidad.
- Hacer demasiados cambios a la vez durante una misma refactorización, ya que puede dificultar la detección de lo que ha causado un problema, en caso de que ocurra.
- No comunicar los cambios al resto del equipo de desarrollo, lo que puede provocar conflictos y confusiones.
- Descuidar la documentación, provocando posibles inconsistencias entre el código y la documentación que se ha ido actualizando sobre este.
- Refactorizar código “por capricho” o sin un objetivo claro, como mejorar la legibilidad o eliminar código duplicado.
- Refactorizar sin tener en cuenta el contexto, ignorando el hecho de que no todas las partes necesitan el mismo nivel de refactorización.
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