Todo castillo necesita un guardián y, ¡en el mundo digital no iba a ser menos! Pero, para hacer frente a los posibles ataques, necesitarás primero saber cuáles son los principales tipos de amenazas informáticas a los que te enfrentas como profesional de este entorno. Sigue leyendo para conocerlas todas y convertirte en un samurái de la seguridad en la red.
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Sin más dilación, te hablamos de los principales ataques a los que puede que te enfrentes en el futuro. ¡Vamos con ello!
Vulnerabilidades en el trabajo remoto
Con la llegada de la pandemia, el teletrabajo se instauró en nuestra rutina y se ha convertido en algo que parece que ha venido para quedarse. Esta modalidad ha traído consigo también ciertas inseguridades que los ciberdelincuentes aprovechan.
A través de este ataque, se accede al escritorio del ordenador, donde el hacker se encarga de realizar acciones como la modificación de antivirus del sistema, captura de información sensible o colocación de herramientas de análisis, entre otras.
Malware, otro tipo de amenaza informática
Otro de los principales tipos de amenazas informáticas que te puedes encontrar cuando seas experto/a de ciberseguridad va a ser el malware o software malicioso. Este término hace referencia y agrupa dentro de sí a todos los programas o códigos que son dañinos para el sistema del ordenador víctima del ataque.
Spam, uno de los tipos de amenazas informáticas más común
El spam es uno de los métodos más comunes y utilizados por los ciberdelincuentes para que el usuario/a pinche en algún enlace que afecte al sistema. Este procedimiento permite recoger datos personales de la víctima para utilizarlos para realizar suplantaciones de identidad o venderlos a terceras personas.
Tipos de amenazas a la seguridad de un sistema informático: virus
El virus informático se debe a un código que infecta a un programa y que se copia a sí mismo. De esta forma se extiende y afecta a otros archivos. Es importante que sepas que los virus solo pueden funcionar gracias a una persona que los active.
El resultado de este tipo de amenaza varía en función de su fuerza. En algunos casos no supone ningún problema importante, mientras que en otros puede dañar el hardware y el software. En estos últimos supuestos, pueden provocar importantes consecuencias económicas sobre la compañía.
Secuestro de información: ransomware
El ransomware es un ciberataque en el que un software malicioso secuestra información a través del encriptado del contenido de un disco duro o de una unidad. Para recuperarla, el ciberdelincuente suele solicitar pago con criptomoneda. Una forma de recibir la cuantía y no dejar rastro.
Phishing, otro tipo de amenaza informática
Otro método empleado por los ciberdelincuentes es el phishing. Este sistema imita un correo de una compañía que el usuario conozca para que este piense que es verdadero y comparta, a través de este, información de tipo personal y bancaria.
Gusano, una ventana al colapso
Los gusanos informáticos no necesitan de acción humana para activarse, a diferencia del virus, pero pueden hacer mucho daño en los sistemas en los que empiecen a tejer sus hilos. Su trabajo se limita a copiarse a si mismos y extenderse en la red.
De este modo, producen el colapso de ordenadores y servicios, provocando déficits de productividad en las empresas, puesto que los sistemas pueden verse ralentizados. Estas ofensivas suponen además una oportunidad para controlar los ordenadores mediante bots que lancen ciberataques, entre otras múltiples acciones.
Ataques de denial of service (DoS)
Un ataque DoS busca interrumpir un servicio en línea sobrecargando sus recursos, haciéndolo inaccesible para usuarios legítimos. Esto puede causar pérdidas económicas y daños a la reputación de las organizaciones. Los ataques DDoS, una variante más peligrosa, usan redes de dispositivos infectados para maximizar el impacto.
La protección contra estos ataques incluye herramientas como firewalls avanzados y servicios de mitigación de tráfico malicioso, diseñados para filtrar solicitudes dañinas antes de que lleguen al sistema.
Ataques de ingeniería social
La ingeniería social manipula a las personas para obtener información confidencial, como contraseñas o datos bancarios, mediante tácticas como el phishing o el pretexting. Estos ataques explotan la confianza o el desconocimiento de las víctimas, superando barreras técnicas.
Para prevenirlos, es clave educar a los usuarios sobre señales de alerta y usar medidas como la autenticación multifactor. Las organizaciones deben reforzar la seguridad para limitar el impacto si ocurre un ataque.
Robo de identidad
El robo de identidad consiste en usar información personal de una víctima para cometer fraudes, como transacciones no autorizadas o apertura de cuentas. Puede tener consecuencias graves, tanto financieras como legales, para la víctima.
Prevenirlo implica utilizar contraseñas fuertes, monitorizar cuentas financieras y emplear servicios de protección de identidad. Las empresas deben proteger los datos de sus clientes mediante cifrado y políticas estrictas de seguridad.
Vale. Ahora que hemos visto algunos tipos de amenazas informáticas, seguro que te ha picado el gusanillo de la ciberseguridad. Revoluciona el sector con el curso online de Tokio.
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No podemos tener mejores guías para los que seréis los futuros guardianes del mundo digital. ¡Te estamos esperando!